Cuando las condiciones climáticas lo permiten, un grupo de personas de diferentes edades, procedencias y profesiones, se reúne en la Plaza Pringles para practicar su pasatiempo favorito, el slackline. Más allá de las diversas modalidades de slack que cada uno de los integrantes practica, todos coinciden en que el deporte es de gran complejidad, ya que requiere de mucha concentración y equilibrio, y destacan principalmente la amistad que se generó en el grupo.

 

Mauricio Lucero es ingeniero químico y oriundo de San Rafel. Él comenzó a practicar el deporte allá, porque un amigo instauró una escuela de slack. Iba tres veces a la semana, y el progreso que veía de un día para el otro lo motivaba a seguir. Actualmente practica el deporte cuando no está demasiado frio y luego de su jornada de trabajo. Mauricio explicó que el slackline es un buen ejercicio no sólo para el cuerpo, sino también para la mente, ya que “te libera de todos los problemas”. Mauricio comentó que “cuando te subís arriba de la cinta te olvidas de todos los problemas, porque tenes que estar concentrado en el equilibrio y en la respiración”.

 

Maximiliano Lucero es estudiante de kinesiología y practica slackline desde hace aproximadamente un año y medio. Él explicó que “con el slackline se usan casi todos los músculos, pero principalmente el abdomen, y de allí sale la fuerza para los brazos y piernas”. Por eso manifestó que sería importante mostrarle a la gente el potencial que tiene la cinta, ya que se pueden realizar muchas figuran, utilizando gran cantidad de músculos.    

 

Otro de los integrantes de Los pibes del Slack- tal como se denomina el grupo de facebook de los chicos- es Leo. Él es de Córdoba pero hace doce años que está viviendo en San Luis.  Leo practica el deporte desde hace dos años, y últimamente incorporó los malabares a la cinta. Si bien en un primer momento el slack era sólo un pasatiempo para él, ahora vive de eso, ya que realiza shows en distintos eventos, como casamientos, cumpleaños e inauguraciones.  

 

Agustín Martín también forma parte de los atletas del slack. Él es músico y hace seis meses que practica el deporte. Agustín reconoció que empezó a practicar slack “sin mucha esperanza de lograr subir a la cinta y caminar en ella”. Pero al cabo de una semana pudo hacerlo y comenzó a observar el progreso día a día. Para Agustín, el slack es un pasatiempo, pero también un lugar de encuentro con amigos, los cuales no sólo se reúnen para practicar el deporte, sino también para tomar mates, charlar y cantar.

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Por último, Cielo Castillo Cativa practica el deporte desde hace 3 años y se dedica a él profesionalmente. Algunas de las modalidades que practica son Contact slack, que consiste en realizar figuras similares a las de yoga y permanecer siempre en contacto con la cinta, y Trickline, que implica estar en constante movimiento, es decir, saltando.

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